Derechos Humanos, Educación, Feminismo, Género, Políticas Trans

III Simposio “Nuevas Cuerpas para nuevas transformaciones”, organizado por CERES y el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile.

El 26 de noviembre del 2020 el Centro de Estudios de la Realidad Social (CERES), en conjunto con el Centro de Derechos Humanos (CDH) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, llevó a cabo la tercera versión del Simposio “Nuevas Cuerpas para nuevas transformaciones”. La actividad estuvo a cargo del área de Género y Subjetividades Trans de nuestra organización, en ella participaron académicos, investigadores y activistas que se han destacado por su compromiso y afán crítico, relativo al eje articulador que convocó, en esta oportunidad, el Simposio.

En la ocasión se presentaron avances de investigación, posicionamientos teóricos y agenciamientos críticos de incidencia social, enmarcados en temáticas directamente vinculadas al eje “identidades trans*, educación y derechos humanos”.[1] Cada una de las presentaciones demostró ser un insumo formativo lúcido, atingente y nutritivo, permitiendo ampliar la comprensión de las problemáticas en juego y dimensionar algunas de las dificultades, conceptos y desafíos más relevantes que componen, en la actualidad, el campo de acción de los procesos formativos, de enseñanza y aprendizaje, de estudiantes y docentes trans*, en educación media y superior de nuestro país.

Les académicos y activistas invitades fueron: Pablo Astudillo (doctor en Sociología y académico del Departamento de Políticas Educativas de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado-UAH), Claudia Calquín (doctora en Ciudadanía y Derechos Humanos, académica de la Escuela de Psicología de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile), Constanza Valdés (actual candidata a la Convención Constituyente, asesora legislativa y activista trans miembro de la Asociación de Abogadas Feministas y de la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio) y Claudia Iriarte (doctora en Derecho, investigadora del CDH de la Universidad de Chile), siendo el Simposio moderado por quien escribe.

Pablo Astudillo compartió una reflexión que surgió en el marco de una investigación en torno a los problemas de inclusión y justicia educativa en establecimientos escolares chilenos. Se trata del Informe de Educación 2020 publicado por UNESCO (2020) del cual fue miembro, junto a otres académicos del Departamento de Políticas Educativas de la UAH. El objetivo de su presentación fue dar a comprender el posicionamiento de estudiantes trans*, en razón de las presunciones de las lógicas de inclusión y de las normas de género evidenciadas, centrándose en un caso de transición de género de una estudiante trans. En sus palabras: “Hoy existen ciertas leyes que ofrecen un contexto jurídico distinto al que existía antes del 2015, pero su traducción al ámbito escolar tiende a ser un proceso complejo, no lineal. De ahí que urge una nueva pregunta: ¿cuáles son las posibilidades y los límites de inclusión en un establecimiento dado?”. Como es de esperar, ciertas narrativas consolidan la reproducción de la violencia simbólica entre les estudiantes. Cuestión que forma parte de las tensiones que muchas veces emergen desde les apoderades y otras desde les mismes estudiantes, las que constituyen un desafío para la dirección y para el cuerpo docente de los establecimientos.

Un elemento significativo de sus conclusiones es la sostenida presencia de la opacidad de la sexualidad y la identidad de género de les profesionales del mundo educativo. La diversidad sexual y de género de docentes sigue siendo algo muy poco abordado, lo que da pie a la desatención de derechos fundamentales, al repudio y a las malas prácticas, tanto como a la incapacidad de plantear planes de acción (administrativos, curriculares, psicoeducativos, didácticos, etc) que no reinstalen formas de exclusión “ocultas” o colaterales.

Por su parte, Claudia Calquín desarrolló un cuestionamiento de las líneas de demarcación del campo de las ciencias psi (de la psicología y de la psiquiatría, en particular), del significante maestro en el que se ha convertido la noción de “disforia” en un orden de discurso que va de lo clínico a lo socioeducativo, y de cómo a través de las cirugías y diagnósticos se (re)formula cierta “consistencia ontológica del sujeto trans”. Desde esa mirada, las cirugías no solo constituyen la posibilidad de reasignación genital y la confirmación del género autopercibido a través de la farmacopornografía de las tecnologías de transformación corporal; ellas devienen verdaderas “prácticas habilitadoras del reconocimiento” de la identidad de les trans*. Cuestión que estuvo vigente, hasta hace solo unos pocos años, dada la patologización de los procesos jurídicos de reconocimiento de los datos registrales, y que lo sigue estando hoy bajo la forma de un ideologema que sostiene el fundamentalismo de consignas transodientes, cuyo fundamento se encuentra, según Calquín, en la “metafísica del binarismo de la diferencia sexual”. De ahí la necesidad de conocer y no dejar de aprender de los análisis de las políticas queer y de la crítica a los esencialismos.

Desde el ámbito de la incidencia social a la búsqueda de la transformación política-institucional del ordenamiento social chileno abierto por el “estallido social” y consolidado por proceso de escritura de la nueva Constitución, Constanza Valdés elaboró una reflexión sobre la construcción del relato del derecho de las personas trans*, así como de las condiciones estatuidas por la jurisprudencia como “necesarias” a la hora de concebir la validez de las cuerpas trans*, haciéndolos dialogar con el tema de la representatividad de lo trans* que subyace tanto al discurso comunicacional, como a la producción de películas, series, reportajes y cine documental. A criterio de la expositora, respecto de los criterios instituidos, el binarismo y la cisnorma legitiman “que una mujer trans sea lo más femenina posible y que un hombre trans sea lo más masculino posible”. Tales criterios son la base de muchos de los casos de discriminación que afectan a la población trans* en espacios laborales, educativos, públicos, familiares y comerciales. Todo lo cual se ve expresado en la Ley de Identidad de Género, cuyo proceso se centró durante varios años en los estándares que debían cumplir les trans* para su rectificación. Por otro lado, las políticas de visibilización, la sensibilización y el capital cultural relativo a la diversidad sexual y de género se materializan de forma efectiva en normas y dispositivos jurídicos que permiten avanzar en la igualdad de condiciones: “Durante el 2017 y el 2018 hubo una visibilidad de personas trans que fue inédita en nuestra sociedad, y eso ayudó mucho a considerar en el espectro otra diversidad de cuerpos e identidades que existen dentro de lo considerado trans”. Razón por la cual habitar desde otras epistemes el espacio de la producción de conocimiento se torna una tarea ineludible, lo mismo que el orientar instancias informativas, de capacitación y de sensibilización, en base a perspectivas de derecho, que consideren a las transidentidades y al no binarismo como algo legítimo, cultural e institucionalmente hablando.

En total, se inscribieron 105 personas en el Simposio, según la tabulación de inscripciones formales. Después de dos horas y media de actividad online, 36 asistentes se mantenían aún presentes, asiduos, asiduas y asidues al intercambio de ideas y perspectivas con el que cerró la actividad. Ello demuestra el interés de les estudiantes, investigadores y activistas jóvenes y de miembros del CDH y CERES, lo cual es un signo positivo pues, además de la entrega de contenidos con una perspectiva de género transinclusiva y de la actualización en temáticas transespecíficas relativas a la esfera socioeducativa, permite entrelazar voluntades y consolidar objetivos que apuestan a la transformación de las condiciones institucionales existentes, con miras a una sociedad más justa y equitativa, sin desatender el contexto político cultural, los desplazamientos epistémicos y las experiencias sexodisidentes que florecen en nuestro país. Proteger los derechos de les estudiantes y de la ciudadanía sexodisidente es, sin lugar a dudas, una tarea de todes.

Desde sus inicios en el año 2017, en tanto actividad anual, el Simposio se ha caracterizado por poner en escena la preocupación por la vulneración de derechos de las identidades trans* en Chile, a través de perspectivas e interrogaciones que hacen converger, de manera genuina y profesional, las miradas del activismo trans* con la producción de conocimiento académico. En esa línea, siendo uno de nuestros objetivos específicos, promover la asociatividad entre ambos campos, desde la sociedad civil organizada, es algo que nos reconforta de manera particular. Puesto que, además de fortalecer nuestras competencias y didácticas, al ampliar nuestra comprensión sobre fenómenos de alta complejidad,  nos permite ser agentes de transformación al interior de prácticas educativas al compartir experiencias situadas con académicos, gestores culturales e investigadores, dispuestos a hacer lo posible por propiciar una experiencia formativa cada más democratizante y una imaginación política que no se acalla frente al abuso, la intolerancia y la denostación.

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Hoy tenemos el agrado de compartir el registro audiovisual de la tercera versión del Simposio y de anunciar que, tras conversaciones con el CDH y el Comité Editorial de la Revista Divergentes de CERES, hemos confirmado el deseo de trabajar de manear colaborativa en la publicación de las Actas del Ciclo de Simposios “Nuevas cuerpas para nuevas transformaciones”. Publicación que dará cuenta de buena parte de las exposiciones y reflexiones que han tenido lugar a lo largo de los cuatro años de vida que esta actividad posee.

En caso de hacer uso del contenido del registro, les pedimos utilizar la siguiente referencia para resguardar los derechos de autor, en regla con las formas de citaje actual:

  • CERES y CDH de la Universidad de Chile. (26 de noviembre de 2020). Nuevas cuerpas para nuevas trans Identidades trans*, educación y derechos humanos. [Archivo de video]. Recuperado de https://bit.ly/3bAdWeV

[1] El uso del asterisco señala un concepto genérico que abarca identidades y procesos de construcción de género binarios y no binarios, queer y sexodisidentes, estables y fluides. Cada vez que la noción trans aparezca sin asterisco ésta hace referencia a casos de identidades trans binarias (transfemeninas o transmasculinas).

 

Débora Fernández 

Coordinadora del área Género & Subjetividades Trans 

 

Esta columna es parte del esfuerzo de CERES a contribuir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas. Si te interesa saber más sobre los ODS, conocer lo que estamos haciendo para contribuir a la Igualdad de Género y/o colaborar con nuestro trabajo, puedes contactar con nosotros aquí.