En ocasión de un día como hoy en el que se conmemora el Día Internacional contra la homo-lesbo-bi-transfobia, compartimos la siguiente entrevista a petición de Alejandra Oyarzún, candidata a periodista, hacia le actual Secretarie del Centro de Estudios de la Realidad Social (CERES). La entrevista se realizó en el contexto de la realización de un reportaje sobre identidad de género en el Programa de Titulación General de Periodismo de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC). De una amplia gama de preguntas se escogieron unas cuantas, dando paso así a un pequeño cuerpo de respuestas testimoniales acerca de aspectos de la vida y la transición de género del entrevistade, de su mirada crítica y de la vinculación con el presente Centro de Estudios .
En tanto persona individual
«A propósito de las cosas que cambiaron con mi tránsito hay otras consecuencias que palpitan a cada tanto, y que refieren al hecho de que pasé directamente al polo oprimido de la diferencia sexual, lo cual supone una pérdida enorme de privilegios. La desigualdad de género se me hizo tema y más tema aún el ser parte de una diferencia interna de una inequidad y una violencia constitutivas. Por otro lado, lo de mi nombre fue todo un asunto porque de Manuel (que es también el nombre de un padre ausente) pasé a Manuelle (jugando con mi apodo y el “elle”, artículo femenino en francés). El objeto de ello fue el haber pensado en un “deslizamiento consensuado” entre mis conocidos, mi pasado y yo, pero hubo el momento en que se hizo demasiado fuerte la insistencia del femenino en mí, y de la experiencia, o más aún, el deseo, de sentirse llamada como tal. Y es delicado porque hay espacios en que aún me llaman por quien no soy».
[…]
«De ahí que la educación sobre diversidad sexual y géneros no-normativos sea una cuestión tan, pero tan relevante. Puede que esto que te cuento sea una de las razones por las que varias, y varies, tenemos el afecto resquebrajado y nada, a decir verdad, de algo como un ‘hermafroditismo del alma’ o del ‘habitar un cuerpo equivocado’. El trastorno es el de la codificación social reprimente, bajo ninguna circunstancia el de las cuerpas o experiencias trans».
Desde la experiencia en la ONG
«Mirado desde mi ahora, podría decir que la motivación central que me llevó a CERES fue la necesidad de branquias y un set de aletas en un mundo absolutamente anegado por lo que varias autoras llaman el ‘privilegio cisgénero’. Después de todo, la efectividad del reconocimiento, profesional y afectivo, en un espacio social es una cuestión fundamental desde todo punto de vista para quien asume su visibilidad y su transición en lo público».
[…]
«Creo que es necesario tomar cada uno de los “complejos de problemas” (para hablar más propiamente) que atañen a la comunidad trans de una manera multifocalizada, en esa línea diría que cada uno de ellos supone mecánicas y discursividades culturales e institucionales específicas de diverso orden, las cuales se interrelacionan de una manera no siempre fácil de percibir. Por esas cosas de la vida, hace un tiempo recibí una invitación por parte de una amiga trans femenina para enviar un boceto de líneas en formato ‘problemas—solución’ que antecedería una supuesta junta entre activistas del mundo trans y la Diputada Pamela Jiles. Hasta el día de hoy no ha pasado nada con esa junta con ‘la abuela’, pero gracias a ella pude identificar algunas cuestiones más o menos generales, que podrían ser el boceto de cuestiones para poner en práctica. Te paso a trascribir dos de una de ellas, aprovechando la oportunidad para añadir una que otra impresión desde mi experiencia actual»:
Débora Fernández – Profesore de Filosofía, Secretarie de CERES