Comunicados, Derechos Humanos, Educación

Comunicado Oficial CONFAUCE Decanos y Directores de Educación de las 21 Universidades chilenas del CRUCH.

Dada la importancia de las medidas tomadas por CNED referentes a la eliminación de las asignaturas de Filosofía, Orientación y Ciencias de Tercero y Cuarto Medio de la Educación Secundaria, como partícipes de la Directiva de Centro de Estudios de la Realidad Social – CERES, respaldamos la posición expresada en el Comunicado emitido por CONFAUCE.

Además de significar un detrimento sustancial del campo laboral de las especialidades docentes afectadas, si consideramos tan solo lo que revela la estadística de instrumentos internacionales, destacada en el Comunicado adjunto, es más de la mitad de la población la que continuará su desarrollo cognitivo, social, lógico, afectivo, vital y profesional sin la experiencia de la integralidad de los procesos más abajo descritos, dándose de ese modo una dinámica conducente  hacia una prioridad que subentiende la lógica de los derechos universales y el campo de libertades de la subjetividad ciudadana bajo la matriz de una acumulación cada vez más privativa, en la que lo democrático se “valoriza” de la mano de una pauperización creciente de los modos de vida y de las relaciones sociales, asimismo  mercantilizadas. Antes que sujetos críticos y éticamente equipados, capaces de entender la composición multiestratificada de relaciones que reproducen y en las que están inmersos, es lógico pensar que la orientación manifiesta es la de una dinamización «del todo» de sus vidas en conformidad con el individualismo de una sobrevivencia depredadora y del beneficio único del desarrollo de entidades e intereses empresariales. De ahí que la medida del CNED (que supone la representación de una voluntad histórica, ideológica  y políticamente determinada de larga data) aliente el desprecio de las potencias y virtualidades de las que un cuerpo es capaz (Spinoza); alimentando las fuerzas hostiles de la humanidad y la moral de la servidumbre (Nietzsche); tanto como la ductilidad cada vez más transnacionalizada de las sociedades de control (Deleuze); del mismo modo que la no inclusividad y que la incomprensión de los procesos psicológicos básicos como lo son la inteligencia perfectible, la investigación de sí mismo, la importancia de los procesos mnémicos en el transcurso de la existencia personal, el aprendizaje humano compartido, la sensibilidad con la diversidad, la complejidad de temas asociados a la salud mental, al desarrollo no patogénico de la sexualidad, entre tantas y tantas otras (Programa de Estudio de Tercer año Medio, MINEDUC); por no mencionar el libre paso de las prácticas de discriminación y la incomprensión social respecto a la orientación sexual, las diferencias étnico-culturales y las identidades generizadas no-cisgénero.

Creemos, por otra parte, que la historia de la Filosofía debiese co-implicarse con la creatividad y la praxis del pensamiento de los alumnos, alumnas y alumnes, para ejercer allí una proclividad abierta hacia la posibilidad de un deseo incardinado en la pragmática de cierta intempestividad crítica: ni el absoluto positivista de los particularismos empíricos, ni la soberanía categorial de los universales abstractos. Se trata más bien de cultivar la enseñanza y la lógica de un perpetuo desplazamiento, de la significación de problemas experienciales en orden a una producción de sentido contextualizada, esto es, la ejercitación de una repetición diferencial que no estandariza las diferencias que se concitan en las disposiciones del aula y en la experiencia pedagógica como tal. Para decirlo de una manera más o menos figurada, extrayendo la ciencia jovial de un “entre paréntesis»: pensar y resignificar para así poder “imaginar (cosas como) un Hegel filosóficamente barbudo, un Marx filosóficamente lampiño con las mismas razones que una Gioconda bigotuda” (Deleuze, 1968).

 

En el marco del Acuerdo N°025/2018, de la Comisión Nacional de Educación (CNED), el Consejo de Decanos de las Facultades de Educación del Consejo Nacional de Rectores (CONFAUCE), declara:

  1. Que de acuerdo con los principios de equidad y no discriminación, propios de toda democracia, la formación en áreas tan relevantes para el desarrollo integral del ser humano, como son la Filosofía y las Ciencias, deben ser parte de un plan fundamental para todas y todos los estudiantes de los últimos años de la educación media. Resulta paradójico que se argumente acerca del valor de estas disciplinas para el desarrollo del pensamiento crítico, lógico y científico, para luego dudar de que esa educación de valor deban recibirla todas y todos los estudiantes, independientemente de la naturaleza de la modalidad educacional escogida. E incluso, parece contrario a lo consignado en el artículo 1, letras K, N y Ñ de la Ley 20.845, referidos a Integración e Inclusión; dignidad del ser humano y educación integral.

  2. Además de avanzar en equidad por cuestiones valóricas, es necesario avanzar en aprendizajes que requieren de habilidades que estas disciplinas contribuyen a desarrollar para la formación de futuros estudiantes de instituciones Técnico-Profesionales. Dados los datos aportados por informes internacionales de acceso a la educación superior, no sólo universitaria, los estudiantes de ETP corresponden a cerca de un 60%.

  3. La asignatura de Filosofía, además de contribuir al desarrollo de un pensamiento reflexivo, crítico y lógico, por su propia naturaleza compleja, contribuye de modo relevante a la comprensión de la visión integral de ser humano. También, al cumplimiento, tanto de Objetivos Generales como Específicos de la LGE, que dicen relación con responderse por el sentido de la existencia; pensar libre y reflexivamente; organizar la experiencia; desarrollar planes de vida; analizar fenómenos complejos, entre otros basales. La asignatura de Ciencias, con énfasis en la observación, la curiosidad y la reflexión sobre los procesos vitales de los seres que habitan y conviven en mundo complejo, para su comprensión y desarrollo, contribuye a la construcción del pensamiento complejo, a la habilidad de resolución de problemas y al desarrollo de la creatividad.

  4. Nuestros jóvenes requieren de estos conocimientos para desarrollar estas capacidades y habilidades, de modo que puedan enfrentar y abordar agencialmente los desafíos de la compleja, diversa y cambiante sociedad en la que viven. Comprender la diversidad, colaborar, trabajar en equipo y acercarse a las grandes ideas filosóficas y científicas que mueven el universo y los seres que lo habitan, es fundamental y es un derecho educativo de todas y todos los jóvenes de nuestro país.

  5. Más allá del ámbito de especialización disciplinar o profesional, compartimos un desafío común, construir en conjunto el país que queremos y en el que vivimos, con unas bases de equidad y capital cultural que alcancen a todos y cada uno de los miembros de nuestra sociedad para alcanzar esas metas. Dado que la Filosofía aparece solo en tercero medio, si no existe en el Plan común, se privaría de su conocimiento a un grupo importante de estudiantes de Enseñanza Media, lo cual va en dirección contraria a los desafíos de equidad y calidad que el país se ha propuesto.

 

Martes 27 de febrero de 2018

 

Débora Fernández – Secretarie CERES                                                            [El subrayado y destacado es nuestro]